viernes, 1 de mayo de 2009

Aracilde Sobral y el Día de Contar Cuentos


La hija mayor de Antonio Sobral creció en el seno de una familia donde el conocimiento era la esencia de la vida, y valores como la justicia, la humildad y la libertad las herramientas para desempeñarse día a día.

Fue una docente apasionada por la literatura infantil. Dedicó gran parte de su vida a la docencia y a la investigación. Con sabiduría, humildad y con una personalidad apacible cosechó numerosos discípulos. Estuvo a cargo de la presidencia de la Biblioteca Rivadavia y sus anexos entre los años 1974 y 1980, un período de grandes cambios en la institución.

El club de narradores que llevó su nombre, presidido por Marta Parodi, propuso la declaración en Villa María del 27 de abril, día de su nacimiento, como el “Día de contar cuentos”. De esta manera se creó la ordenanza 3196, una iniciativa que parece haber quedado en el olvido.

A continuación un fragmento del poema “Aracilde, sólo Aracilde” de Adriana Claudeville que integra el libro “Magnolias Transparentes”:

Porque no ignoró que la soberbia
es la negación del conocimiento
y convierte a los hombres
en hongos con sombreros de copas
porque sabía que estaba aquí
para desgranar su sabiduría
como quien deja caer
uvas dulces de un racimo
de vides corintias
porque una sonrisa la iluminaba toda
al ver que germinaba
la semilla de la libertad de pensamiento

1 comentario:

  1. Anónimo1/31/2011

    En el cuento "El herbolario", Edith Vera, su amiga entrañable, recorre un mundo mágico de raíces, hierbas, aromas y colores. Edith anotó en la dedicatoria del cuento "A Aracilde, retama en flor".

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